Parece que finalmente Bertha se desvió hacia el norte y no entró arrasando en el país como esperaban.Rocío comenta que se despertó en la noche y oyó cómo caía lluvia fuerte. En la mañana no llueve pero está nublado y hace viento, así que no tiene pinta de que sea recomendable que vayamos a la playa. Nos levantamos y desayunamos. Juana propone como plan alternativo ir al Plaza, un centro comercial. Nos vestimos y vamos para allá. No está lejos. Es un centro comercial estilo europeo con Ikea incluído, aunque realmente es un mini Ikea, un local comercial no mu grande con una cocina, un dormitorio y poco más expuesto. Lo agradezco, porque nunca he tenido cariño al Ikea.
Después pasamos a un outlet de zapatería . Zita encuentra unos zapatos cómodos para ella, está feliz con su compra. subimos a la segunda planta donde parece ser que hay un outlet de ropa de marca. Echamos un vistazo pero no tienen nada que merezca la pena.La última visita la hacemos al supermercado. Allí zita aprovecha para hacerle una compra a Juana, ya que nos está alojando en su casa y cocinando para nosotras.
Salimos de allí y regresamos a la casa.Los centros comerciales también son parte de la oferta de los Resorts a sus huéspedes, hay una parada de autobuses de hoteles.
en la casa hoy está también Josué, han dormido los cuatro en la habitación de Juana y Fernando, menos mal que aquí las camas son grandes.
Comemos parte de la pasta que sobró de ayer.Fernando vuelve a sacar para el postre una bandejita de pasteles, nos comenta que se los da un compañero del hotel que es encargado del control de alimentos.
Parece que el tiempo mejora, así que decidimos que después de comer iremos a la playa con Josué y luego lo dejaremos en los apartamentos para empleados del Hard rock ya que trabaja por la noche.
De nuevo 7 en el coche. Primero piensan en meter a Jesús en el maletero pero como vamos por autopista mejor que vaya delante con su mamá. Anoche me tocó a mí ese lugar por ser la flaquita del grupo según Juana.
La playa no está muy lejos. Fernando nos hizo un plano y nos repitió varias veces que había que coger el desvío de la segunda indicación de salida que nos encontráramos.
No estamos seguros de haberlo hecho bien pero sí, llegamos a la playa. Allí primero nos encontramos un montón de gringos montados en Quarks, llenos de barro hasta arriba y con un pañuelo en la boca que pretende evitar que coman parte de ese barro.
La playa no está mal, aunque comparada con las de Samaná...
Colocamos nuestras cosas y nos damos unos cuantos chapuzones. Jesús se entretiene con su hermano haciendo construcciones ne la arena. También comprobamos que efectivamente Rocío no es chica de playa, apenas se mete en el agua y se pasa el rato sentada en la toalla con su ebook.
Llega la hora de irnos, ya que Josué tiene que trabajar.
Primero nos dirigimos al residencial donde el Hard Rock da alojamiento a sus empleados. Está un tanto retirado de la civilización y hay que acceder a él por un camino.Sólo pueden entrar los empleados, así que nos despedimos de él a la entrada.
Camino a casa Juana nos comenta que es un trabajo bien pagado. El sueldo en sí no es alto pero en propinas se llevan como poco 1000 dólares quincenales. Si a esto le sumamos el alojamiento y el transporte, realmente están bien remunerados. Su otro hijo está estudiando en Nueva York. Josué también estaba allí pero se le presentó esta oportunidad de trabajo y no la desaprovechó. Llevan en Bávaro unos años, antes estuvieron en Puerto Plata, otro destino turístico dominicano. Juana también trabajaba, pero ahora no lo hace para estar al cuidado de de Jesús.
Terminamos la tarde con un baño en la piscina.
Después nos acercamos a la farmacia ya que a Mar le ha salido una especie de orzuelo en un ojo, aunque no estoy segura de si se trata de una picadura. Le venden una pomada.
Cenamos algo y Zita y yo vemos la televisión un rato y Mar y Rocío se van a la habitación a leer.Otro día que se ha pasado en Bávaro.
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