viernes, 5 de julio de 2013

Día 5.Santo Domingo

Gladys nos despierta a las 6 de la mañana invitándonos a tomar café con ella, nuestras intenciones eran de levantarnos a las 7 menos cuarto pero no rechazamos su invitación. El café va acompañado de una plática de casi una hora así que ya nos tomamos el zumo y las galletas y tenemos que ducharnos casi con prisa. Tomamos un carrito a la parada del metro Parque de los héroes y después el metro hasta “Horacio Vásquez”. Tardamos unos 40 minutos. 
Son las 8:15 y ya están esperando a la puerta los muchachos que habíamos encontrado ayer, en esta ocasión sí que cumplieron su palabra, vienen acompañados de 2 que son mayores de edad y no se pueden quedar. También vuelven los habituales de estos días y nos juntamos con 14 muchachos, más del doble que los días anteriores. Hacemos el saludo de la mañana, uno de ellos trae una muñeca vendada y no quiere contar cómo se lo ha hecho.Hoy el desayuno lo prepara Agustín y toca avena con chocolate y un bollo de pan, algunos se toman la avena en un vaso y el bollo aparte pero otros se hacen un “bollicao” dominicano echando el chocolate dentro del bollo de pan. 
Los viernes son días de ocio así que después del aseo y el desayuno, unos juegan al 21 , otros escuchan música y el resto ven una película.Primero proyectan una presentación de un campamento organizado el año anterior en el que habían participado algunos de ellos. La organización “Niños del Camino” está pasando por malos momentos y su personal se ha reducido a menos de la mitad y las actividades lúdicas de salidas y campamentos también han sido víctima de estos recortes. El proyecto al que venía inicialmente mi compañera Ana, no ha podido salir adelante por falta de subvenciones, una pena.
Llega la hora del almuerzo, hoy toca arroz con vegetales y mezcla de lo que ha sobrado de la semana, no se puede tirar nada. A pesar de que no es su función, Dorca es una gran cocinera. 
Ana no se encuentra muy bien y prefiere venirse hasta casa, así que yo la acompaño, llamamos a Zona Taxi y nos llevamos la comida en un tupper. 
  El vehículo es de nuevo una tartana que increíblemente anda, por supuesto el aire acondicionado brilla por su ausencia y la temperatura interior será de unos 40 grados acompañada de la temperatura de la comida caliente en mis piernas. El taxista es un dominicano con ganas de charlar, un rosario de plástico cuelga del retrovisor.Se sorprende que España esté cerca de África, ya que él conoce este remoto y olvidado continente de los documentales del Discovery Channel y las imágenes de los niños y viejitos muertos de hambre rodeados de moscas. También nos comenta su particular visión de España, la dificultad que presentaría para él el aprender chino, su experiencia de  33 años como conductor y el nunca haberse dado un golpe con otro de frente, todo esto combinado con un par de conversaciones por el celular mientras cambia de carril como quien cambia de camisa. El viaje se hace eterno y parece que no vamos a llegar pero lo superamos sin llegar a desmayarnos. El hombre nos estrega su tarjeta, pero preferiremos probar suerte con otro por si es posible encontrar un vehículo en el que corra algo más la brisa. 
Llegamos a casa, nos refrescamos y comemos. Después  descansamos en el sofá. Esta tarde  nos la vamos a tomar con tranquilidad: siesta, lectura, escritura y paseo por el Malecón.
Salimos justo cuando llega Gladys, en esta ocasión sí se ha cumplido el tiempo  de un dominicano puesto que le había dicho a Ana que probablemente su llegada coincidiría con nuestra partida.

El primer reto es cruzar la avenida que nos separa del mar, lo conseguimos pero al caminar nos encontramos con que el paseo se pierde, el pavimento está levantado y lleno de basura y llega un momento que el olor es sumamente desagradable, justo entonces Ana me señala algo en el suelo, se trata de un perro muerto en estado de descomposición.En ese momento se me revuelven las tripas y empiezo a sentir más sudores.Doy inmediatamente la vuelta y optamos por probar en el sentido contrario.El paseo está algo más cuidado pero seguimos encontrando basura y yo voy sintiendo una sensación de sudor y pesadez, así que decido sentarme un rato y tomar camino hacia el supermercado cruzando la zona residencial. El paseo por el malecón realmente nos ha defraudado.
En cuanto vamos cruzando la zona residencial, empezamos a encontrar gente, niños, señores jugando al dominó, colmados. El aire sopla fresco de nuevo, y mi sensación de pesadez se va y recobro la energía. Enfrente del súper hay una heladería Bon y nos damos el gusto de tomarnos un helado de tres bolas con barquillo que nos sabe a gloria, aunque mi bola de fresa sepa a los chicles de antaño. Pasamos un buen rato hablando y luego hacemos una visita rápida al súper. 
Al llegar a casa nos encontramos a Gladys que nos enseña a poner la lavadora. Es otra joya histórica de tiempos inmemoriales, hay que enganchar la goma, calcular el tiempo de lavado, vaciar el tambor (drenar), después aclarar la ropa en un cubo y a continuación meterla en la secadora. No la tendemos en la azotea porque es tarde pero subimos a disfrutar de la brisa y las vistas. Cuando bajamos Gladys se va a poner a cocinar una perola de papilla de maíz con leche de coco, leche evaporada, canela, vainilla, azúcar y unas cáscaras de limón, plato típico nicaragüense  que me ofrece para probar. Después del helado  no tengo hambre  y aunque le digo que probaré un poco me llena mi plato y el suyo aún más hasta rebosar, efectivamente le encanta. Está rico pero es un plato contundente así que como algo menos de la mitad, afortunadamente no le parece mal, y el resto lo guardo en el frigo para que se conserve junto con todo lo demás. Me retiro a la habitación puesto que mañana nos toca madrugar de nuevo. A las 7:30 nos vamos a levantar para ir a la playa de Boca Chica e intentar coger sitio debajo de una palmera siguiendo las indicaciones de Bea.



2 comentarios:

  1. Hola Cris. Hemos llegado ahora de Segovia donde estuvimos trabajando Intered C.L. y puede te rugieran los oidos porque comentamos y leimos tus memorias que por cierto parece que dan mucho de si. Me gusta leer tantas cosas que aquí "los bien instalados" no podemos ni imaginar. Menos mal que existes los valientes que luchais para que esto no suceda y nos despertais conciénciándonos de que otro mundo es posible. Lucha aprende y sobre todo llénate de vida para que luego nos ayudes a ser mejores. Mamá

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  2. Queridos Tito y Rosa : como soy muy patosa, leo el blog de Cristina y
    no acierto a contestarle . Así que os escribo a vosotros y si podeis
    se lo reenviais.Abrazos.
    Querida Cristina: me hace mucha ilusión leer tus andanzas por la
    R.D.en el blog. Todavía no he aprendido a contestarte en él y por eso
    lo hago por medio de tus padres.
    No te olvides de pasar por el bar de el cantante tan famoso y ¡del que
    no recuerdo su nombre ahora !( "Ojalá que llueva café"). Todo el mundo
    sabe dónde está , en la zona colonial , al final de la calle de las
    Damas, cerca de la casa del gobernador Diego Colón, un poco más
    abajo.Ya ves que doy las señas peor que ahí.
    Hay otros sitios que me gustaron mucho : en la calle Conde, las placas
    que recuerdan el aporte de los españoles que fueron en los años 50,
    como Vela Zaneti,...y otros;la casa donde se recuerda a las hermanas
    Mirabal , asesinadas por ser disidentes por el " chivo" ( "La fiesta
    del chivo" de Vargas Llosa, imprescindible leerla ahí). Imteresante
    visitar la casa de los dominicos, las publicaciones, el discurso de
    Montesinos y las aportaciones de sus compañeros, que dice Trini
    Puerto, una autoridad, que eran fruto del grupo.(su hermano, Pablo
    Puerto, estuvo ahí mucho tiempo).
    En el Centro Poveda tendrás documentación abundante sobre la realidad
    actual y el pasado.Si pillas algún folleto último nos lo traes si
    puedes, porque son estupendos.
    Por hoy ya no te doy mas la tabarra.Disfruta mucho y ,como los mejores
    consejops ya te los dan tus padres, pues nada mas.Abrazos. Mª Fernanda
    Otro día te mandaré referencias mas concretas.

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