Y el día 1 de julio llegó.Ha sido un fin de semana muy completo, con muchas emociones que hicieron que casi no me diera cuenta de que el día 1 tenía que cambiar el vestido, recogido y tacones por ropa de sport y coger un avión con destino a Santo Domingo.
A las 8:15 salió el Alsa con destino a Madrid y a las 12:15 ya estaba en el aeropuerto.El vuelo se hizo esperar un par de horas y media más de lo esperado puesto que hasta casi las 6 de la tarde no salimos de Madrid.
Un vuelo cargado de dominicanos, incluído un grupo que venían de peregrinar de Jerusalén cargados de alfombras.
Después de 9 horas de vuelo llegué al aeropuerto de Las Américas, pasé los controles sin problema, pagué mi visa de turista de 10 $ y allí estaba Pilar, coordinadora de Intered en Dominicana esperándome.Tenía un taxi, un viejo modelo de coche con cinturón de seguridad automático.Su conductor Daniel, un dominicano muy amable, que nos fue hablando de la subida de tarifas de la luz y problemas varios con la facturación que había tenido recientemente.Llegamos a m primer destino, el centro de día Niños del Camino, en un barrio popular de Santo Domingo.Aquí estaban esperándonos Bea, una gallega que estuvo hace años de voluntaria y ha regresado para seguir trabajando aquí, y Rubén, un dominicano que nos cocinó unos tostones ( plátano frito), huevos y salami, una cena típica dominicana de lujo, acompañada de jugo de mango, rico ,rico.Después nos colocó las mosquiteras en la litera que vamos a compartir Ana (otra chica voluntaria) y yo esta semana y a la cama, que después de casi 24h despierta creo que merecía ya un descanso en la horizontal :)
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