La última entrada de mi blog terminó con un "to be continued". En ese momento desconocía cuándo y cómo iba a continuar la aventura. Regresé a León con pena.Terminé el curso en Paredes de Nava con los exámenes de septiembre y comencé un nuevo curso escolar en Astorga. Volver a coger el ritmo no fue sencillo aunque una vez que uno se mete en la vorágine del día a día rápido entra de nuevo en el ritmo occidental, en el que el tiempo se te va de las manos a una velocidad insólita. Entre el trabajo, el inglés, el yoga....las semanas fueron pasando.Llegó el encuentro postvoluntariado en Madrid en el que emociones y sentimientos que estaban escondidos volvieron a salir a flote y el gusanillo de volver empezó a hacer su trabajo. La cosa se quedó un poco parada pero tras el encuentro pre-voluntariado con las nuevas voluntarias de Intered que inician su aventura este año y la conferencia por Skype que tuvimos con Máxima y l@s niñ@s del centro tomé finalmente la decisión de volver a vivir la experiencia del año pasado. Me puse en contacto con Máxima y Joly para comentarles la idea de volver en verano a organizar unos talleres los meses de julio y agosto y me dieron su visto bueno. A continuación llamé a Argentina para preguntarle si tenía disponible la habitación para el verano a lo que contestó que por supuesto y me puse a buscar vuelo.
Conseguí uno directo en las mismas fechas del año pasado y por el mismo precio, lo cual fue también una buena noticia, ya que imaginaba que al ser más tarde me iba a salir más caro. Todo esto fue a mediados de mayo. El mes y medio que restaba hasta mi vuelta pasó rápido pero intensamente entre exámenes finales, evaluaciones y para terminar , como no podía ser de otra manera, un claustro el día 30 de junio, que gracias a dios e insólitamente para el IES de Astorga fue muy breve.
Y llegó el 1 de julio y volví a coger el autobús Alsa a las 8:15 de la mañana con una maleta cargada a tope, esta vez ya incluí más vestidos y los taconazos que compré el año pasado en el mercado de Dajabón. La intención era de meter más libros y alguna cosilla más que finalmente no cupieron y se quedaron en España.
Las lentillas diarias tampoco llegaron a tiempo así que tuve que cargar con bote de líquidos.
Esta vez no tuve que hacer cola para facturar ya que hice uso del check-in on line y el peso de la maleta era de 22,5 kg, así que perfecto.
EL vuelo puntual y a las 2 y media empezaron a llamar a los pasajeros. De repente se formó una cola de dominicanos para entrar en el avión. Teniendo en cuenta que los billetes están numerados y van llamando por filas, no tiene mucho sentido estar haciendo cola de pie durante una hora así que yo me mantuve sentada tranquilamente tomando mi bocata de tortilla de espinacas y calabacín.Y como era de esperar primero llamaron a las familias con niños pequeños y a continuación a los que nos sentábamos al fondo del avión, así que adelanté a todos aquellos que llevaban haciendo cola media hora jeje.
Esta vez me tocó al lado de una chica española. También viajaban un grupo de jóvenes equipados con una camiseta que los identificaba como voluntarios de una ONG llamada "lo que de verdad importa".
En estos viajes de 9 horas da tiempo para todo: leer , ver dos películas (Hotel budapest y una vida en tres días), dormir y comer lo que normalmente no comería: pasta seca con bechamel y una especie de hojaldre grasiento relleno de un paté de atún o similar. Lo que ya superó mis límites fue un postre de nata con sabor artificial de naranja, que quedó entero, y la mantequilla para untar el pan.
Y así se pasó el viaje y aterrizamos en el aeropuerto de Santo Domingo.
Pasé los controles correspondientes, pagué los 10 dólares del visado de turista. Alguno que no venía prevenido pagó 10 euros, una buena manera de cobrar más equiparando el euro al dolar.
Siguiente objetivo: recuperar mi maleta.Se hizo esperar bastante, ya empezaban a hacer mella los nervios de una posible pérdida pero finalmente salió y con fuerza, menos mal que un chico muy amable me la cogió porque ya me iba yo con la maleta a dar vueltas en la cinta.
Y salí por esa puerta donde había familias esperando el regreso de los suyos y allí al fondo Emanuel inmortalizando el momento con su cámara y Máxima. !Qué bueno regresar al país y ser recibido con el abrazo caribeño de dos personas queridas!
Muchas cosas que contar entre ellas anécdotas de la espera: Una familia esperando a una niña con unos globos y un bizcocho de cumpleaños que fue recibida con un cumpleaños feliz de parte de todos los que estaban allí y la recepción de un muchacho al que lo primero que le dijeron era que qué flaco estaba.
Recibo una buena noticia, no vamos a hacer viaje a Partido sino que haremos noche en Santiago.Así podré descansar antes y nos ahorraremos dos horas de viaje.
Reencuentro con la camioneta del centro, llena de libros para la feria y con las carreteras de Dominicana y los conductores dominicanos que en medio de una autopista deciden cruzar los carriles de un lado a otro.También tenemos algún tramo de lluvia, camiones....
Cruzamos Santo Domingo en poco tiempo y llegamos a Santiago sobre las 9 de la noche, para mí las 3 de la mañana.
Yo haré noche en la villa Magisterial, un barrio de casas destinadas a maestros, de ahí su nombre.En este barrio se está construyendo una iglesia destinada a San Pedro Poveda,ya que forma la cuasi parroquia de San Pedro Poveda. Allí me quedo en casa de dos teresianas.Máxima se quedará en casa de unos sobrinos y Emanuel en casa de un amigo, así que todos repartidos.
Me estaban esperando con un sandwich dominicano de jamón y queso y un vaso de leche con chocolate que me tomo con gusto.Nueva ruptura de dita hipocolesteroica, leche entera, jamón york del clásico y queso, eso sí el pan era integral jeje.
Y sobre las 11, las 5 de la mañana, a la cama con el abanico encendido :) Han sido casi 24 horas de viaje desde que salí de León, así que caigo redonda esperando el nuevo día en estas tierras tropicales
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